EL PERDÓN

05
Feb

Por: Ps Elizabeth López de Magaña

Una de las herramientas más útiles y restauradoras dentro del vínculo de la familia y la sociedad es el perdón verdadero, si queremos construir y construirnos como personas sólidas que tengan relaciones duraderas y sanas. Veamos varios aspectos para tener en cuenta si queremos que la paz y la restauración que produce el perdón verdadero, hagan parte de nuestra cotidianidad.

Santiago 1:19,20 dice:

Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Si en nuestro diario vivir nosotros fuésemos sabios y prudentes, y pensáramos antes de hablar o de actuar, nos evitaríamos muchos problemas que dañan la convivencia, ya que la idea del perdón es que este debe ser una solución extrema y no debería ser usado a menudo, no porque seamos orgullosos y no pidamos perdón, sino porque vivimos de tal manera en sabiduría y amor que no hay ofensas ni maltratos que perdonar.

Marcos 11:22 al 26

En este pasaje, Jesús enseña sobre la fe, nos desafía a tener fe en Dios, y nos muestra los poderosos efectos de creerle a Dios y de hablarle a los problemas, a las dificultades y ver los resultados; pero es de resaltar la manera como termina este pasaje con un condicional para recibir respuesta: esto es, el perdón. La falta de perdón, el resentimiento, la amargura, entre otros, impide la respuesta de tu fe, le abre puerta al enemigo para robar tu bendición, ata tu vida y no te deja disfrutar del favor de Dios. Está comprobado por la ciencia médica que algunas enfermedades físicas y mentales se producen por no tener paz en el corazón y todos hemos conocido personas, quienes por un episodio vivido en alguna etapa de su vida, en la infancia, la juventud o en la vida adulta, no pudieron superar el evento, o desconocían un proceso adecuado para perdonar y soltar ese dolor y con el paso del tiempo creció una raíz de amargura, y el cuerpo enfermó. Algunas enfermedades como la artritis, el cáncer, inflamaciones crónicas, alergias, pueden tener su fuente en la amargura por la falta de perdón, dice la palabra de Dios: Hebreos 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

¿QUÉ ES EL PERDON?

• Es una acción en la que se libera a alguien de culpa por haber hecho algo contra nosotros y a su vez, nos libera de sentimientos de rencor. • Es un borrador que limpia el alma y sana el cuerpo. • No es olvido, pero a través de la grandeza del perdón, se puede recordar sin dolor. • Es como un gran regalo que damos a alguien que no se lo merece, pero la misma gracia que recibimos, la entregamos. • Es una decisión de amar, pues aún, si lo hacemos por amor a nosotros mismos, el perdón que entregamos será nuestro mayor regalo.

¿POR QUE PERDONAR?

• Es bueno para mí y para los que me rodean; hace que tengamos mejores y duraderas relaciones interpersonales. • Quitamos todo impedimento a la respuesta de nuestra oración. • Mantenemos la mente y el cuerpo sanos. • Porque si no perdonamos, Dios no nos perdona. • No perdonar es como querer cargar en la espalda un bulto de basura descompuesta. Esto no es agradable en lo natural y menos en lo espiritual.

¿CÓMO PERDONAR?

Lo primero es tomar una decisión, Jamás espere tener el deseo de perdonar porque en la espera, la amargura puede llegar a tomar autoridad sobre su vida y cada vez será más difícil. Le animo a que tome la decisión aunque el corazón duela; perdone por fe, deje permear su corazón con la revelación de que nadie le debe nada, que si lo ofendieron y nunca le pidieron perdón usted se adelantó y ya perdonó y si le piden perdón usted concedió ese regalo sin poner condiciones y sin estarlo recordando. Aquí algunas sugerencias:
• El paso más importante, más que el mismo perdón, es evitar ofender o el sentirnos ofendidos, evite tener que recurrir al perdón. Viva como un pacificador.

Recuerde:
Proverbios 19:11 (RVR1960)
11 La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa.
• Tome una decisión ignorando totalmente sus sentimientos.
• No repase los pensamientos que le recuerdan la ofensa, pues eso se llama resentimiento y quebranta el mandato de Filipenses 4:8 (Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.) Estoy segura que esos recuerdos no están de acuerdo con esta Palabra. Si es necesario, escríbalo y vaya delante de Dios y ruéguele que le ayude a perdonar y con toda seguridad Dios le responderá si su ruego es honesto. Ahora recuerde que cuando recibió a Jesús como Señor y Salvador usted Nació de nuevo y en su nueva naturaleza el Espíritu Santo le da poder y fortaleza para hacer lo que es la voluntad de Dios.
• Tenga muy presente que el tiempo ayudará a mitigar el dolor hasta que desaparezca. Esto, si usted ha tomado una decisión firme y ha perdonado. Pero si únicamente entró en una negación del dolor, va a enfermar en su alma y muy probablemente en su cuerpo, porque la negación del dolor en el alma por la ofensa recibida no traerá sino complicaciones; pero si verdaderamente perdona o pide perdón, verá los resultados de la bendición sobre su vida.
• 1 Corintios 13: 4 y 7 tiene definiciones del amor como el “El amor es sufrido, todo lo sufre, todo lo soporta” pero bajo ningún aspecto esto significa que permitas el maltrato. Debes buscar pronto ayuda y aunque perdones, en muchas ocasiones hay que distanciarse del agresor.
• Sabes que has perdonado cuando pasas por esa calle y el recuerdo no duele, cuando escuchas una canción o un nombre y ya no hay recuerdos que perturben, pues has decidido botar la basura y limpiar tu corazón con el perdón.
• En el proceso de perdonar Ud. Debe expresar audiblemente su decisión, bien sea a Dios o a la persona a quien ofendió o decir que perdona a quien le ofendió aunque no haya pedido perdón. Las palabras tienen poder de construir o de destruir; escoja muy bien como las quiere usar.
• Debe ser sabio en la manera como se usa esta herramienta restauradora, no sea que por no usar la sabiduría de Dios, termine metido en un problema mayor. Inclusive hay casos en los que es necesario el acompañamiento de un pastor, un consejero, o una persona capacitada para completar el proceso doloroso del perdón.
La biblia dice en Mateo 18:22 (RVR1960)
22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Es claro que el apóstol Pedro tenía en su mente que había un límite para el perdón y aunque a él le pareciera tan generoso, para Jesús setenta veces siete es siempre. Siempre tenemos que perdonar.

Ahora bien, Dios no lo obliga a permanecer en el lugar ni en la condición en que ha sido o está siendo lastimado, cualquiera sea la falta que cometieron. Perdone, pero si su vida está corriendo peligro debe buscar ayuda en las autoridades o si está siendo víctima de violencia, debe denunciar el asunto y buscar ayuda. Si usted está vivo(a), es más fácil restaurar, que si muere a causa del maltrato donde ya no hay nada que hacer.
Hay relaciones que se tomarán tiempo en restaurar y algunas talvez nunca se restaurarán, como en casos de violación o asesinato, pero aun ahí el perdón es necesario para sanar.
Cuando verdaderamente Ud. ha perdonado, renuncia a la venganza, renuncia a traer a memoria aquello que lo atormentaba.
Vivir una vida en paz es posible. Jesús murió y resucitó para que nosotros tuviéramos una vida en abundancia y el Espíritu Santo nos capacita, nos enseña y nos fortalece para vivir sin amarguras y resentimientos y así, una familia es un pedacito de cielo en la tierra.

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