1. Tener claro la diferencia entre lo Santo y lo Profano
La palabra PROFANO significa: “lo no sagrado, no sirve para fines sagrados”. Por otro lado, la definición de SANTO es: “que está dedicado o consagrado a Dios, apartado para algo”.
2. Enseñar la diferencia entre lo santo y lo profano
En las épocas del profeta Ezequiel, el pueblo de Israel se encontraba en continuas guerras, estaban enfrentados a situaciones muy difíciles a causa de su desobediencia frente a Dios. Por lo cual, el Espíritu de Dios empezó a darle instrucciones al pueblo de Israel a través del profeta Ezequiel (44:23 RV), al comunicarles que: “Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio”. De este modo, tal instrucción es un estatuto perpetuo, que trasciende las dispensaciones y los tiempos. En el libro de Levítico (10: 8) vemos como después de la muerte de los dos hijos de Aarón por ofrecer fuego extraño, Dios ordenó lo siguiente:
“ 8 Y Jehová habló a Aarón, diciendo:
9 Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones,
10 para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio,
11 y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés”. Estatuto perpetuo, el cual debemos seguir hoy en día como iglesia. Es decir, discernir entre lo santo y lo profano y enseñar esa diferencia a tu familia, amigos, vecinos, compatriotas, al pueblo y la iglesia.
3. Consecuencias de obedecer y desobedecer a Dios: ¿Quieres una descendencia como la de Jukes o como la de Edwards?
A finales de siglo XVIII fue publicada la historia de Jukes y Edwards, la cual refleja las consecuencias de obedecer y desobedecer a Dios.
Por un lado, Max Jukes nació en 1700 y vivió en Nueva York. El no creyó en Jesucristo y no educó a sus hijos en el camino del señor, se negó a llevar a sus hijos a la iglesia, incluso cuando ellos probablemente le pidieron que lo hiciera. De los 1026 descendientes de Jukes: 300 murieron de forma prematura, 100 fueron enviados a prisión y estuvieron presos por promedio de 13 años, 120 fueron prostitutas y 100 alcohólicos. Su familia le costo a Estados Unidos $1.308.000 dólares y no hizo ninguna contribución a la sociedad. Esta es la descendencia de un hombre que escogió lo profano.
Por otro lado, Jonathan Edwards nació en 1703 y también vivió en Nueva York, en la misma época de Jukes. Él vivió en continuo contacto con las cosas de Dios, se caso con una mujer con los mismos principios cristianos; a pesar de su aparente agenda escribiendo, enseñando y pastoreando su iglesia, tenia el hábito de pasar una hora entera con sus hijos cada día, como también los llevaba cada domingo a la iglesia. De sus 729 descendientes: 300 fueron ministros religiosos, 65 profesores universitarios, 13 decanos universitarios, 60 autores de buenos libres, 3 congresistas selectos en Estados unidos y 1 Vicepresidente de Estados Unidos. La familia de Edwards nunca le costo un céntimo a Estados Unidos. Esta es la descendencia de un hombre que escogió lo santo y piadoso.
¿Quieres una descendencia como la de Jukes o como la de Edwards? Hoy tú puedes escoger y hacer la elección de enseñarle a tu familia, amigos e iglesia a amar a Dios con todo el corazón y entregarse completamente a él. Así, tú descendencia será bendita por 1.000 generaciones, como lo establece Deuteronomio 7:9. Como lideres, padres, maestros y pastores, la educación en valores cristianos es lo más importante.
4. Consecuencias de obedecer a Dios
En el capitulo 11 de Deuteronomio, está consagrado una de las promesa más impactantes de Dios:
“11 La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo;
12 tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin.
13 Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma,
14 yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.
15 Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.
16 Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos;
17 y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová.
18 Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.
19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,
20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas;
21 para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
22 Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para que los cumpláis, y si amareis a Jehová vuestro Dios, andando en todos sus caminos, y siguiéndole a él,
23 Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones, y desposeeréis naciones grandes y más poderosas que vosotros.
24 Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio.
25 Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros pondrá Jehová vuestro Dios sobre toda la tierra que pisareis, como él os ha dicho”.
Es decir, que si le obedecemos a Dios, que si enseñamos su palabra y lo amamos por sobre todas las cosas, teniendo un corazón dispuesto para él, ganaremos cada batalla, pues Dios será quien nos de soporte.
Dios también le señalo al pueblo de Israel que si le obedecían, él los libraría y les daría la victoria sobre cualquier enemigo. Esto, tiene fundamento en diversas promesas biblícas:
“No haréis como hacen en la tierra de Egipto en la cual morasteis, ni haréis como hacen en la tierra de Canaán adonde yo os llevo; no andaréis en sus estatutos” (Levítico 18:3).
“Además, no andéis en las costumbres de la nación que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, yo los aborrecí”( Levítico 20:23).
“Cuídate de no caer en una trampa imitándolas, después que hayan sido destruidas delante de ti, y de no buscar sus dioses, diciendo: “¿Cómo servían estas naciones a sus dioses para que yo haga lo mismo?…” (Deuteronomio 12:30,31).
“Y no sucederá lo que estáis pensando, cuando decís: Seremos como las naciones, como las tribus de otras tierras, que sirven a la madera y a la piedra”( Ezequiel 20:32).
Somos una nación libre en Cristo Jesús, quien ya pago un precio por nosotros, su iglesia. Somos una nación que ha sido llamada aparte para dar un servicio que vaya en línea con la voluntad de Dios, somos adoradores. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo.
Debemos distinguir diariamente entre lo santo y lo profano, más en el medio en el que vivimos, pues desear y vivir en lo profano debilita nuestra vida espiritual. El enemigo quiere debilitarnos y quebrarnos, pero debemos entender que ese enemigo ya fue combatido y debilitado por la sangre de Jesús. ¡Tu tienes completa autoridad sobre él!
5. Como distinguir entre lo santo y lo profano
Para poder hacer esa distinción entro lo santo y lo profano, es necesario estar lleno de la palabra de Dios y en constantemente comunión con nuestro padre celestial, pues al fundamentar nuestras acciones y palabras en lo que Dios ha establecido, cumplimos su voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).
En estos tiempos se han unido las voces de muchos a las voces del mundo defendiendo los antivalores antes que la pureza y las verdades eternas de la palabra de Dios, pero nosotros como iglesia no podemos hacer las cosas que hacen los incrédulos, no podemos temer y actuar bajo los antivalores que estos tienen, porque desde que aceptamos a Jesús como nuestro Rey y salvador, nacimos de nuevo, somos diferentes, somos de Cristo y por ello, debemos tener celo por lo santo.
Muchos siguen, desean y adoran lo que les ofrece el mundo, pero quieren los resultados de una vida piadosa.
¿Hasta cuando han de debatirse entre lo santo y lo profano?
¿Hasta cuando amaran más al mundo que a Dios?
¿Hasta cuando se van a unir a las voces del mundo contra la casa de Dios?
¿Hasta cuando tendrá Dios que soportar tu infidelidad?
¿Hasta cuando dejaras que tu boca hable inequidad y santidad? porque cuando se alaba y adora, se esta hablando en el idioma del cielo, pero cuando nos unimos a otras voces y deseamos lo profano, se quebranta el celo que Dios quiere de nosotros para él.
¿Hasta cuando despreciaran la omnisciencia de Dios pensando que él no ha visto y leído todos tus dispositivos electrónicos, lo que compartes, conversas y hablas? .
La palabra de Dios nos insta, nos anima a que no dejemos apagar el fuego de Dios en nuestro corazón, en medio de nuestras casas, que no lo cambiemos por fuego extraño.
6. El tercer camino
Dios nos ha dado a escoger entre dos caminos, seguir el camino de Dios y actuar conforme a lo santo o seguir el camino del mundo conforme a lo profano. No obstante, muchos escogieron el tercer camino, el camino tibio.
Estas personas que escogen el tercer camino comprenden que la obtención de beneficios del Reino de Dios, es por fe y gracia, no por obras. Sin embargo, no recuerdan que hay un fruto y consecuencias por las acciones que realicemos.
¿Hasta cuando deshonran a Dios pero esperan la bendición? Se han inventado el tercer camino para obtener los beneficios del Reino de Dios, aceptando a Dios como su salvador pero viven conforme a las reglas del mundo, llevando una vida igual de mundana que los que no conocen a Dios.
Es como decir que los cantores delante del rey Josafat o quienes llevaban la arca o presencia de Dios, después se fueran de excursión a Sodoma y Gomorra. Este seria claramente un ejemplo de una persona que escogió el tercer camino, pues así como adora y obedece a Dios en ciertas ocasiones, en otras, se deja dominar por el mundo.
El apóstol Pablo dijo en Romanos 6:
“¿PUES qué diremos? Perseveraremos en pecado para que la gracia crezca? 2 En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3 ¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte?
4 Porque somos sepultados juntamente con él á muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
5 Porque si fuimos plantados juntamente en él á la semejanza de su muerte, así también lo seremos á la de su resurrección:
6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fué crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, á fin de que no sirvamos más al pecado.
7 Porque el que es muerto, justificado es del pecado.
8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñoreará más de él.
10 Porque el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir, á Dios vive.
11 Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias;
13 Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumento de iniquidad; antes presentaos á Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros á Dios por instrumentos de justicia.
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
15 ¿Pues qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo de la ley, sino bajo de la gracia? En ninguna manera.
16 ¿No sabéis que á quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecer le, sois siervos de aquel á quien obedecéis, ó del pecado para muerte, ó de la obediencia para justicia?
17 Empero gracias á Dios, que aunque fuistes siervos del pecado, habéis obedecido de corazón á aquella forma de doctrina á la cual sois entregados;
18 Y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia.
19 Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne: que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros á servir á la inmundicia y á la iniquidad, así ahora para santidad presentéis vuestros miembros á servir á la justicia.
20 Porque cuando fuisteis siervos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
21 ¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? porque el fin de ellas es muerte.
22 Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos á Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y por fin la vida eterna.
23 Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Por medio de Pablo, Dios nos anima a que tomemos reverencia por lo santo. No puedes escoger el tercer camino, no puedes dejar que la carne te debilite, no podemos parecernos a aquellas personas que no conocen a Jesús por estar tan llenos del mundo. Antes como iglesia, nuestra postura con alguien que no conoce a Dios o está llena del mundo debería ser de compasión, de oración por ellos, no de parecernos a ellos. No se debe abusar de la gracia de Dios, pues esta no es excusa para llevar una vida profana, moralmente desordenada.
La palabra de Dios nos ha dicho que por los acciones de las personas y los frutos que este haya obtenido, se sabe realmente quien es o en que camino anda. Por consiguiente, por las acciones y los frutos de alguien, podemos saber si realmente está amando lo santo o está amando lo profano.
Dios anhela que todos los hombres y mujeres tengan la autoridad de su fuerza espiritual, como la que le dio a Sansón cuando este le obedecía, donde todo el poder de Dios obra a nuestro favor. Dios viene por una iglesia sin mancha, sin arruga, no una iglesia que abuse de la gracia de Dios.
Cruelmente me he preguntado si debemos cambiar la estrategia y enseñarle a esta generación a ser salvos en la gran tribulación, ¿Por qué parece que no quieren ser salvos en la gracia? la gracia no puede ser excusa para el pecado (Romanos 6:1-2). De una fuente no puede salir agua limpia y sucia, entonces ¿porque Dios tiene que soportar que de nuestras bocas salga bendición y maldición?.
7. Unidos somos más fuertes
Como iglesia no podemos ser tibios, debilitados en nuestra fe. Por el contrario, debemos estar fortalecidos, honrar lo santo y desechar aquellas cosas que no le agradan a Dios, unirnos fuertes en oración y ver como está puede hacer que cosas extraordinarias ocurran.
La iglesia tiene la autoridad para cerrar todo lo que venga de las puertas del infierno, sus enfermedades, pandemias, maldad, actitud de odio, rencor, violencia. Es cierto que tenemos tres enemigos: el diablo, el mundo y nuestra propia carne. Estamos diariamente en una guerra espiritual, pero no recordamos que Jesús ya venció a Satanás, lo exhibió públicamente en la cruz del calvario. Es cuestión de tomar la decisión nosotros y vivir bajo lo santo, dejando que Dios actué en cada área de nuestra vida.
Como iglesia no podemos estar desintonizados, unos no pueden vivir bajo las reglas del mundo, otros en el tercer camino y los restantes bajo las reglas de Dios. Se necesita unidad en la iglesia, que esta se sintonice con el Espíritu Santo para vencer las grandes batallas.
8. No se puede dejar de enseñar la palabra:
En Timoteo se habla del carácter de la deshumanización de los últimos tiempos. Por lo cual, no se puede dejar de enseñar la palabra bajo su correcta interpretación.
2 Timoteo 3
“Carácter de los hombres en los postreros días
3 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.
7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.
8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
9 Más no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
10 Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,
11 persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.
12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;
13 mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;
15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
De este modo, al recibir a Jesús como nuestro salvador y tener todo el poder de Dios disponible para nosotros, tenemos la misión de enseñar su palabra, las herramientas que nos ha dejado para salir victoriosos en el mundo, pues cuando invocamos el nombre de Jesús, su presencia esta ahí para salvarnos y rescatarnos.
CONCLUSION
En Jeremías 15 se dice que:
“Jehová reanima a Jeremías 15 Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me reproches en la prolongación de tu enojo; sabes que por amor de ti sufro afrenta.
16 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
17 No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación.
18 ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?
19 Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
20 Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová.
21 Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes”.
Es tiempo que se aborrezca lo profano y se ame lo santo. Es tiempo de tener una generación como la de Jonathan Edwards, enseñar la palabra de Dios, estar en constante comunión con nuestro padre celestial, para construir una relación personal con él y permitirle actuar en nuestra vida cumpliendo promesa tras promesa, trayendo bendición tras bendición. De tal forma, lograremos tener claro que no hay nada que el mundo pueda ofrecer que nos llene como lo haría la presencia y la gloria de Dios.